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Vivimos bajo el principio universal de que a toda acción corresponde una reacción. Somos los dueños de nuestros actos, palabras y pensamientos, pero debemos asumir las consecuencias de estos.

Personalmente, no veo al Dharma y al Karma por el lado de la religión, pero sí creo en sus conceptos, ya que estoy completamente convencido del poder del pensamiento positivo. Las buenas acciones generan reacciones benéficas, mientras que las acciones negativas traen malas consecuencias.

A pesar de ser una idea simple, tiene muchas complicaciones. Seguido escuchamos que asaltan a gente que se gana la vida trabajando honradamente, asesinan a personas inocentes, en fin, convivimos con mucha gente egoísta y todos los días somos provocados por tentaciones. Solo por ser buenas personas y cuidar nuestra salud, nadie nos garantiza estar exentos de cáncer o alguna otra enfermedad, y existen criminales que caminan por nuestras calles porque no los atrapan, o peor aun, están libres gracias a la corrupción. Todo esto hace muy difícil conservar la fe, ¿Pero qué sería del hombre sin la fe?

No se necesita creer en un Dios, solo necesitamos tener esperanza en la vida, en la honestidad, la familia, la amistad y en todas las personas buenas que existen. Debemos empezar a creer que por cada cosa mala que nos pasa, hay una buena esperándonos a la vuelta de la esquina.

¿Pero por qué es tan importante creer en esto? Simplemente porque nos dice que si ayudamos a la gente a nuestro alrededor, tarde o temprano recibiremos una recompensa, así que si todos pensáramos de esta manera, existiría el respeto entre nosotros y se crearía una fuerte conciencia para evitar conductas incorrectas.

Si queremos ver cambios a nuestro alrededor, el cambio debe empezar en nosotros mismos. La regla de oro que dice: “Trata a los demás, de la manera en que te gustaría ser tratado”. Cosechamos lo que sembramos, entonces si buscamos respeto, debemos respetar a los demás, si queremos que piensen bien de nosotros, debemos pensar y desearles el bien a los demás.

Nuestros pensamientos definen quienes somos, pero nuestras acciones son las que trascienden en los demás y equilibran nuestro karma.

Buena vibra para todos!